Alguna vez dijiste que estarías incondicionalmente aquí y hoy me di cuenta que es así, que eres incondicionalmente amigo y alguna vez, en el camino de este río, amor.
Te pregunté sobre un problema que yo consideraba difícil (porque siempre uno cree que sus problemas son los peores), y se que fue incómodo para ti. Pero dejaste mucho y me ayudaste, incondicionalmente, como siempre.
Se que las aguas debían calmar y creo que ya lo están haciendo, pues nuestras voces van calmando. Hubo tormentas en estas aguas, pero ya no son tantas como antes.
Te diré que no pienso en ti al 100% cada día, sin embargo hoy fue uno de esos días donde recordé lo incondicionalmente bueno que has sido conmigo… Y todo esto suena convenido de mi parte, pero tu sabes que nuestra confianza es tan grande, como la distancia que hay de la Tierra a las estrellas fugaces.
Escucho canciones y me acuerdo de ti y de aquellos tiempos donde nos sentíamos superhérores de los pequeños obstáculos de la vida, porque en aquellos momentos nos creímos invencibles invencibles y pensamos que nada nos tumbaría aunque no fue así, porque no somos de fierro, se que algunas de nuestras murallas fueron derrumbadas, pero otras quedaron incondicionalmente fuertes y hoy reforzamos unas cuantas.
No sé si leerás esto, pero quiero que sepas que admiro tus virtudes y extraño algunos de tus inocentes defectos. Porque aprendimos cien, vivimos mil y confiamos un millón.
Ya se acaba la canción y parte de mi inspiración. Siempre amaré tu alegría y ese poder de hacerme sonreir.
Porque te dije que quizás te volvería a llamar y espero que tenga fuerzas y ganas.
Hoy estuviste y fuiste incondicionalmente amigo, amor y apoyo.
Hasta mañana 